Pentecostés : El Espíritu Santo ,El gran desconocido:
A pesar que, desde los inicios de las primeras comunidades cristianas, el Espíritu Santo ha estado presente en la predicación, se ha generado un cierto olvido sobre su Divina Persona. Nos hace falta conocerlo más, pues nadie es capaz de amar aquello que desconoce, de hecho, es importante redescubrir al Espíritu Santo, no sólo en las Sagradas Escrituras, sino en su presencia viva y eficaz en cada persona.
En la actualidad, todo lo que sea trascendental, ha pasado a segundo plano, sobre todo, cuando se buscan resultados inmediatos, por esta razón, la vida espiritual y, con ello, la acción del Espíritu Santo ha sido olvidada en muchos ámbitos, lo cual, es un error, porque el ser humano también necesita atender su dimensión espiritual que, en muchos casos, puede equilibrar las otras dimensiones de su identidad como persona.
Otra de las causas, por las que muchos desconocen al Espíritu Santo, se debe a que resulta mucho más sencillo imaginarnos al Padre y al Hijo, que al Divino Espíritu, sin embargo, la realidad es que la existencia de Dios, va más allá de nuestra imaginación porque nunca se cansa de sorprendernos. El Espíritu Santo será conocido cuando, de alguna manera, lo incluyamos en nuestra propia vida porque, a decir verdad, la única vía eficaz en materia de evangelización, es la de nuestro propio testimonio, pues es una realidad que el mundo está cansado de sermones piadosos o de promesas sin cumplir.
El amor que une al Padre y al Hijo, es el Espíritu Santo, es por esto, que su presencia es muy importante, de hecho, es quien nos acompaña en nuestro proceso de identificación con Cristo. No se trata de cansar a las personas con hipótesis teológicas demasiado elevadas, sin embargo, es una realidad, que tenemos que hacer un esfuerzo, para que más personas comprendan que pueden tener una relación muy especial y profunda con el Espíritu Santo, el cual, debe dejar de ser el gran desconocido.
A veces, sin darnos cuenta, buscamos respuestas que sólo el Espíritu Santo nos puede dar, sin embargo, cuesta trabajo tomarlo en cuenta, sobre todo, porque la idea de “espíritu” no siempre es muy clara, sin embargo, vale la pena que, a través de sencillos momentos de oración, dejemos que Él nos hable, para que nos demos cuenta de su existencia y, sobre todo, comprendamos lo mucho que nos ama, de hecho, en la medida en que vayamos descubriendo quién es el Espíritu Santo, podremos ser testigos de su acción amorosa en el mundo.
RESPIRA EN MI (S. AGUSTÍN)
Respira en mi oh Espíritu Santo
Para que mis pensamientos puedan ser todos santos.
Actúa en mí Oh Espíritu Santo
Para que mi trabajo, también Pueda ser santo.
Atrae mi corazón oh Espíritu Santo
Para que sólo ame lo que es santo.
Fortaléceme oh Espíritu Santo
Para que defienda todo lo que es Santo.
Guárdame pues oh Espíritu Santo
Para que yo siempre pueda ser santo.
Comentarios