“Iesu communio” continua el Milagro de Lerma"
«Algo en mi interior me urgía a buscar sin descanso. Viendo cómo la gente destruía su vida, yo deseaba buscar algo que no se acabara, que fuera eterno» (Sor. Verónica Berzosa, abadesa y fundadora)
«Algo en mi interior me urgía a buscar sin descanso. Viendo cómo la gente destruía su vida, yo deseaba buscar algo que no se acabara, que fuera eterno» (Sor. Verónica Berzosa, abadesa y fundadora)
Muchas mujeres jóvenes dejaban todo y seguían a Cristo en la vida consagrada. Llegan de toda España, con sus títulos bajo el brazo: farmacéuticas, físicas, actrices, publicistas, abogadas, estudiantes, empresarias o empleadas. De todas las clases sociales, como Alejandra, brillante ejecutiva de Arthur Andersen. «Estás loca, allí no pegas», coreaban sus compañeros cuando les dijo que se metía a monja de clausura. «Comprendí que luchar por el dinero y por el prestigio social no era suficiente para dar sentido a una vida», dice ella.
Mientras otras comunidades de vida contemplativa y activa languidecen reinventando sus carisma o se rejuvenece importando vocaciones de África o la India, inventándose noviciados internacionales o continentales, las clarisas de Lerma no dan abasto y tienen que apretujarse para acoger a todas las muchachas que llaman a sus puertas en la flor de la vida. Un 10% de las novicias de toda España se concentran allí.
La joven abadesa Sor Verónica Berzosa, es una mujer que cree lo que vive y que testimonia lo que cree y sigue: su amor a Cristo. Además lo sabe contagiar a las demás personas que están a su alrededor. Ahora han pasado de Clarisas a “Iesu communio”, El Santo Padre aprobó el nuevo Instituto, mirando al futuro inmediato, la nueva forma de vida religiosa aprobada por la Santa Sede, es un paso muy importante.
Es la forma de aceptar un carisma nuevo en el presente siglo XXI, donde ingresan jóvenes llamadas por el Señor y lo dejan todo, es un lenguaje nuevo, para tiempos nuevos, son formas juveniles y alegres para la vida consagrada, donde se respira un aire lleno del Espíritu Santo, que es el conductor de toda bueno dentro de la Iglesia Católica y se conjuga lo mejor de la tradición de la vida religiosa católica – sin necesidad de importar ideas y filosofía del mundo o asociarse a tal o cual institución u organización internacional para darle sentido, como lamentablemente vemos en tantas comunidades, pero como ya he dicho en otras ocasiones , es cuestión de mirar sus noviciados.
El futuro está en manos de Dios y confiando plenamente creo el paso que dan las clarisas de Lerma ha sido positivo y magnifico para el bien de la Iglesia y de la vida consagrada. En esta Comunidad existe vida y alegría por vivir, algo que falta en otras que uno conoce.
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