!!Escucha¡¡ Somos amados por Dios





Este impactante anuncio, siempre nuevo, siempre actual, que a veces por ser tan repetido, parece ser un más de entre los muchos que escuchamos e incluso repetimos y ocupamos en nuestra vida diaria, reuniones o encuentros, pero esta noticia nos deja en deuda con Dios y con el hombre y mujer de hoy, de manera especial y urgente, en estos días. Creo que como Iglesia y miembros de ella, hemos de ponernos en camino, para renovar y revivir la experiencia de Dios que camina en medio nuestro. Muchos esperan que nuestras  palabras y  vida, como cristiano sea un constante resonar de este anuncio: “Dios te ama, Cristo ha venido por ti, para ti Cristo es el Camino, la Verdad, la Vida”.

Mediante la vinculación de nuestra vida,  profunda y completamente unida, hecha evangelio de Vida y misericordia, como miembros de una comunidad que tienen por objeto el vivir  el anuncio, sin intimidarnos por nuestra condición de minoría en algunos lugares o realidades o por los errores que se han cometido, o por los propios pecados, sino más bien siendo "valiente y libre", feliz de ser sal y levadura. Luz que revela, que orienta, que muestra el destino final de cada cosa y cada persona.

Cada uno en nuestros hogares, en el trabajo, en el vecindario, en nuestras distintas y variadas vocaciones particulares, en medio del dolor o la carencia, vivida con esperanza, con el corazón elevado, nos volvemos capaces de ayudar a otros a reconocer el amor del Dios Uno y Trino, que tanto amó al mundo que nos envía a su Hijo, en él y con él, el poder de su Espíritu, es el impulso que está presente y nos ayuda en este retornar. Nuestras distintas vocaciones de vida, maravilloso arcoíris, nos hace vibrar y estar presentes ante las personas que buscan respuestas  fundamentales a sus vidas y  el sentido de esta.

Jesús, Buen Pastor y su amor misericordioso – restaurador, es la respuesta definitiva y completa a estas preguntas de la humanidad. Hoy estamos comprometidos a encontrar un lenguaje comprensible para la gente en el día a día, en las diferentes culturas y situaciones para que puedan comprender y desee vivir la experiencia del amor gratuitito, del amor hecho don y entrega. Este anuncio no debe entenderse o limitarse sólo en el sentido verbal, sino como un proceso más global o completo, que nos lleva a revisar el interior de nuestro corazón y del corazón de nuestra comunidad. Necesitamos una comunidad viva, no una comunidad ritualista que se hace fría e impersonal, todo en nuestra Iglesia habla y grita la vida y el amor.

Los actuales acontecimientos que conocemos y por los que nos dolemos, nos llaman a ser Comunidad que se hace y nos hace más misericordiosos  y abiertos a la humanidad herida, en todas y cada una de sus realidades, a la eterna necesidad de superar las distancias y la injusticia, el egoísmo y las divisiones fratricidas, para superar la pobreza viejo y las nuevas que desfiguran el rostro humano.

Dios nos ama, Cristo ha venido por ti, por mí, para ti y para mí Cristo es el Camino, la Verdad, la Vida, Él es, quien encarnado en el bendito vientre de María, nuestra Madre, con su caminar en nuestros caminos, hace suyo nuestras realidades y no le son ajena, con su muerte y gloriosa resurrección se hace para nosotros y para cada ser humano a través de la historia y el tiempo, Señor y Pastor Bueno. Somos su pueblo, su heredad, la Comunidad - el cuerpo del Señor resucitado que los demás puedan ver, tocar y oír, esta hermosa realidad no sólo nos permite ofrecer un testimonio que tiene la fuerza de la persuasión, sino un lugar de identificación y pertenencia, un lugar de encuentro genuino con Dios, con ellos y con toda la humanidad y la creación. Cada uno de nosotros formamos parte de este encuentro salvífico por el cual amamos y servimos a Dios y a los hermanos.





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