La vía del respeto, del diálogo y de la reconciliación para Siria
Para
toda la humanidad y en especial para los que creemos en Jesús, Señor de la Vida
es tiempo de compasión, de oración, de
socorro hacia los que sufren en todos los lugares del mundo, la guerra, la violencia,
la intolerancia o cualquier atropello. Hoy en lugares como Siria, donde la única
voz que se alza es la del odio y no parece vislumbrarse esperanza ninguna.
S.S. Benedicto XVI ha
hecho varios y urgentes llamamiento para
que en Siria cese el derramamiento de sangre y se emprenda "sin demora la vía del respeto, del diálogo y de la
reconciliación, como auspicia también la comunidad internacional".
La Santa Sede a través del P. Federico Lombardi, el recién
pasado 16 de junio de 2012 ha manifestado: “La
comunidad internacional parece hasta ahora incapaz de actuar eficazmente…”.
De diversas localidades de Siria siguen llegando cada
día noticias de una masacre de personas inocentes de todas las edades y credos
religiosos, con un crescendo cada vez mayor desde hace ya, al menos, quince
meses. Son cada vez más ya quienes afirman que se debe hablar de una verdadera
situación de guerra civil.
Un país caracterizado por la convivencia entre
componentes diversos del mundo musulmán, y donde también las relaciones
ecuménicas entre los cristianos de diversas confesiones y ritos y las
relaciones interreligiosas entre cristianos y musulmanes eran tradicionalmente
serenas -inolvidable el bellísimo viaje de Juan Pablo II en el año 2001-
precipita ahora en la violencia, en el caos, en el riesgo de desintegración,
sin que se vea una salida: un "lento descender a los infiernos", dijo
el Nuncio Apostólico, Mons. Zenari.
Las expectativas de libertad y de mayor participación
en la vida política presentes en tantos jóvenes sirios como en otros países
implicados en el viento de cambio de la región no han sido debidamente
escuchadas por parte de los gobernantes, mientras en el campo de los opositores
se han sumado y han tomado su lugar componentes violentos.
No obstante los repetidos llamamientos del Papa, así
como de tantos líderes religiosos y civiles, la comunidad internacional parece
hasta ahora incapaz de actuar eficazmente. Ciertamente influye el hecho de que
Siria se encuentre precisamente en un área particularmente delicada para los
equilibrios internacionales. El plan de Kofi Annan no ha encontrado espacio, y
la hipótesis de una intervención internacional armada es inmensamente
preocupante.
¿Hasta cuándo, entonces, la dinámica de la violencia
seguirá creciendo y la gente seguirá muriendo y huyendo de sus casas? (Tomada de www.periodistadigital.com)
La
Katisma ora por nuestr@s herman@s sirios con la firme esperanza que volverá a
reinar la paz, el respeto y el derecho de ese pueblo a construir su presente y
futuro. En especial se volverá a valorar la vida de tod@s sus ciudadanos y en
especial los niños, niñas y adolescentes
que viven hoy esta terrible situación de violencia.
¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! (Mateo 14:27)
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