La renuncia de S.S. Benedicto XVI “No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de los demás”
La noticia de la
renuncia del Papa Benedicto XVI ha recorrido el mundo y provocado numerosas
reacciones entre los gobiernos, personas, medios noticiosos y redes sociales,
en los que la sorpresa parece ser el denominador común. Para los cristianos fue
también una sorpresa ,pero que nos lleva a meditar lo que dice S. Pablo: “No hay que buscar el bien de uno mismo, sino
el bien de los demás” (1 Corintios 10,24) El testimonio del Papa va más
allá de sus bien conocidas cualidades humanas, su valentía al enfrentar su
propia fragilidad humana y decir que ya no tiene las fuerzas necesarias para
ejercer adecuadamente el ministerio petrino, nos habla de un hombre, de un
Pastor prudente, humilde que deja paso a otros , para que con nuevas fuerzas continúen
proclamando lo que él grito al mundo : nuestro
Dios es un Dios Amor, por tanto creer necesariamente nos debe llevar a amar,
y ese amor exige morir a nosotros, pues, cuando el Señor nos hizo “suyos”,
nosotros «hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn
4,16). Y a la vez nos recuerda que todo ministerio es un servicio.
Qué más puedo agregar,
sino un sincero gracias por su testimonio, por su entrega, por su magisterio y
por su confianza en Jesús, el Buen Pastor. Quiera el Señor que este ejemplo de
Benedicto XVI nos lleve a secundar la gracia que nos mueve a adherirnos con
nuestra entera inteligencia, confianza y fe al Magisterio, y a rezar
diariamente y de corazón por su persona e intenciones, a la vez estoy seguro
que continuara acompañando los pasos de la Iglesia con su oración y acercándonos
al Corazón de Jesús con sus meditaciones y obras particulares. Luego de la
sorpresa de este anuncio es tiempo de continuar
caminando este tiempo en espera orante por aquel que el Espíritu Santo llame a
asumir el Magisterio como Siervo de los siervos de Dios".
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