S.S. Francisco "Si no confesamos a Jesucristo, la cosa no va"
Su primera homilía durante
la Santa Misa de Acción de Gracias por su elección como nuevo Pontífice ante
todos los cardenales electores, S.S. Francisco pronunció, explicó y exhorto no
solo a los Cardenales, sino que a toda la Iglesia en una breve homilía
espontánea y con la claridad de quien es pastor, que "podemos caminar lo
que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero sino confesamos a Jesucristo,
la cosa no va. (No funciona) Nos convertiremos en una ONG que da pena, pero no
en la Iglesia, esposa del Señor".
"Cuando no se camina,
uno se detiene. Cuándo no se edifica sobre piedras, ¿qué cosa sucede? Sucede lo
que sucede a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena, todo se cae
y no hay consistencia". (y esa consistencia es Cristo Jesús)
El Papa, relacionando las
tres lecturas de hoy, dijo que lo que las une "es el movimiento. En la
primera lectura el movimiento es el camino, en la segunda lectura, el
movimiento es la edificación de la Iglesia, en la tercera, el Evangelio, el
movimiento está en la confesión. Caminar, edificar, confesar".
"Nuestra vida es un
camino. Cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del
Señor, en la luz del Señor, buscando vivir de modo irreprensible que Dios pide
a Abraham en su promesa".
Sobre la acción de
edificar, el Papa dijo que al hablar sobre "edificar la Iglesia se habla
de piedras: las piedras tienen consistencia, pero son piedras vivas, unidas por
el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre esta piedra
angular que es el mismo Señor".
El Santo Padre alentó
entonces a "caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan
fácil, porque al caminar, al construir, al confesar en estos tiempos tan
agitados, hay movimientos que no son propiamente movimientos del camino: son
movimientos que nos tiran hacia atrás".
El Papa Francisco dijo
además que "cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y
cuando confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor, somos
mundanos: somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del
Señor".
"Quisiera que todos,
luego de estos días de gracia, tengamos el coraje de caminar en presencia del
Señor, con la Cruz del Señor, de edificar a la Iglesia sobre la sangre del
Señor, que está sobre la Cruz, y de confesar la única gloria, Cristo
crucificado. Y así la Iglesia irá adelante", subrayó.
Al concluir, hizo votos
para que "el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos
conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Así
sea".
Esta primera homilía es
una invitación a retomar el camino, a edificar y confesar a Jesús Redentor y única
respuesta, nos recuerda que Ella es fuente de Salvación, que la vida del cristiano pasa por morir, cargar
la cruz y gritarla al mundo con la riqueza que les es propia, la Buena Nueva
del Crucificado en especial ante algunos cristianos que ha tomado el camino de
un laicismo , que olvidan la cruz y buscan lejos de ella acompañar , acoger y
dar respuesta al hombre de hoy.
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