Santa Maria Eufrasia y el Amor Misericordioso
Este mes de Abril tiene una gran invitación, profundizar
la vida y ver como Santa María Eufrasia se dejo moldear por la mano de Dios,
guiada e iluminada de la lectura orante de la Escritura. La imagen
de Jesús Buen Pastor es la expresión viva del Amor Misericordioso que va al
encuentro del hombre y la mujer de hoy y de todos los tiempos. En ella
encontramos un corazón vivo y palpitante que se supo amado y amó, el amor era parte de su naturaleza y su
actuar, teniendo grabado como un fuego las palabras de su Padre Espiritual San
Juan Eudes que decía “llevar en nuestros corazones las desgracias de los demás
con compasión, tener un profundo deseo de ayudarles, y a ayudarles como mejor
podamos”, es su legado para la familia del Buen Pastor y para todos los de corazón
generoso.
La invitación de María Eufrasia es: “Jesús Buen Pastor, es
el modelo a quien debemos procurar seguir” para actuar con misericordia
dialogante, sin prejuicios y salir al
encuentro de los otr@s. En palabras del Papa Francisco: “La misericordia divina
es una gran luz de amor y de ternura, es la caricia de Dios sobre las heridas
de nuestros pecados”.
Les invito a conocer y profundizar ¿Dónde puedo
encontrarme con el Dios de la misericordia:
En el dolor de los demás: Lc.10, 25-37: “El buen
samaritano”; y en la
Eucaristía : Lc. 24, 13-35.
¿Con qué actitudes percibo al Dios de la ternura?: a
través de la humildad: Lc. 18, 9-14 “El fariseo y el publicano”; y a través de
la oración: Lc. 23, 32-47, “El buen ladrón”.
¿Dónde lleva el encuentro con el Dios de la misericordia?:
a) a descubrir la llamada del Señor para que vivamos la experiencia del amor y
la misericordia: Lc. 4. 14-22 “La sinagoga de Nazaret; b) a través del ejemplo
de quien ha vivido el proyecto de Dios para sus criaturas: Lc. 1-2 “Maria de
Nazaret”.
El rostro de Dios de la misericordia La parábola del hijo
pródigo tienen una única finalidad: presentarnos la intimidad del Dios que nos
invita a seguirle. Nuestro Dios es el Señor de la vida. En ocasiones nos
apartamos del camino del Dios de la vida y nos precipitamos, sin darnos cuenta,
en las tinieblas del poder de los ídolos. Pero aunque huyamos de Dios, Él
siempre nos acoge y nos espera porque es amor y ternura. Nuestra parábola es
una invitación a volver a casa del Padre, a reiniciar nuestro camino junto a
Dios, y a experimentar juntamente con Él el gozo de la plenitud vital.
¿Cómo actúa el Dios de la misericordia?
a) Zaqueo. El primer rostro de la misericordia de Dios con
los hombres es el perdón. Muchas veces el Señor llega a nuestra vida por
sorpresa, al igual que inesperadamente salió al encuentro de Zaqueo. La vida
cristiana es la atenta espera para encontrarnos con Dios en cada rincón de
nuestra existencia. Zaqueo, sin saberlo, preparó el camino del Señor. Por
curiosidad salió a la calle a ver pasar a Jesús.
b) Los diez leprosos. El milagro de los diez leprosos nos
ha presentado la misericordia de Jesús convertida en curación. Esta narración
es muy adecuada para explicarnos tres cosas: la naturaleza de los milagros, el
verdadero discipulado cristiano y la naturaleza de la fe. Para ello la atención
se centra en descubrir el mensaje del texto en nuestra situación personal,
comunitaria, social… Por eso, podríamos hacernos la siguientes preguntas: * Mira
a tu alrededor y contesta: ¿Quiénes son en nuestra sociedad actual los
“leprosos”? ¿Cómo reaccionamos ante ellos?. *¿De qué “lepra” necesitamos ser
curados?, *¿De qué cosas te sientes agradecido?, ¿Qué lugar ocupa en tu vida de
fe la acción de gracias?
¿Dónde puedo encontrarme con el Dios de la misericordia?
a) El buen samaritano. El texto no ha descrito
teóricamente la misericordia, ha puesto un ejemplo claro de lo que es actuar
con misericordia: cuando el samaritano ve al hombre herido siente misericordia.
El texto bíblico nos dice que “se le conmovieron las entrañas”, ante la
presencia de aquel hombre maltratado: se acerca a su lado; le venda las heridas
echándole aceite y vino; lo monta en su propia cabalgadura; lo lleva a la
posada y lo cuida; al día siguiente da dinero al posadero y le pide que lo
cuide; y añade: “…cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a la
vuelta”. Jesús le dice al maestro: “Vete y haz tú lo mismo”. No le dice “Ve y
aprende lo que has oído”, ni tampoco le dice: “Explica a la gente lo que yo te
he enseñado”. Jesús habla de acción, y acción realizada desde la capacidad de
amar: “Vete y haz tú lo mismo”.
b) Los discípulos de Emaús. Este pasaje es una catequesis
que tiene como objetivo manifestarnos la presencia de Jesús resucitado en la
celebración de la
Eucaristía.
¿Con qué actitudes percibo al Dios de la misericordia?
a) El fariseo y el publicano. Esta parábola pretende
enseñarnos la naturaleza de la humildad cristiana. La humildad es la virtud de
ser realista ante la vida que nos ha tocado vivir. Humilde es aquel que tiene
los pies en el suelo; es aquel que mirándose así mismo se ve tal cual es, que
contempla a los demás tal como son, y que intenta observar el mundo como
realmente se presenta. La verdadera humildad es lo único que permite el
crecimiento personal; es ver aquello en que me he de aceptar y aquello en que
debo convertirme. Cuando nos hemos dado cuenta de eso, nuestro corazón está ya
abierto a Dios y presto a participar de su ternura. María es el modelo de humildad
ante el Señor. Ella, mejor que nadie, nos ha mostrado la realidad de un corazón
abierto ante Dios.
b) El buen ladrón. La crucifixión y el episodio del buen
ladrón nos ha comunicado una triple enseñanza. Dios es quien nos ha amado
primero, nos ha liberado antes de que se lo pidamos, por eso toda oración
cristiana tiene en su raíz la acción de gracias.
¿Dónde lleva el encuentro de la misericordia?
a) La sinagoga de Nazaret. Jesús no se limita a anunciar
en Nazaret un plan de vida teórico; Él se compromete con su propia vida en
aquel proyecto; Jesús vivirá en su propia carne la narración del profeta
Isaías; Él será el Mesías humilde que, desde la humildad y la entrega,
proporcionará la salvación de todos. Él será el salvador, que aparecerá a los
ojos de los hombres como un fracasado en la cruz, pero a través de la entrega
de su vida nos dará la auténtica Vida: la Vida Nueva que brota el Domingo de Pascua.
b) María de Nazaret. Lucas nos propone a María como
ejemplo fiel del seguimiento de Jesús. Nos la sitúa como paradigma palpable del
creyente forjado por la
Palabra de Dios. Maria aparece ante nuestra mirada con los
ojos del corazón muy abiertos: la humildad y la plegaria son las dos grandes
actitudes que la hacen el mejor ejemplo del testimonio vivo del Señor. En la
medida en que la voz de Dios nos trabaje, nuestra vida se convertirá en
testimonio de liberación para todos.
Te invito a conocer la vida y Obra Santa que moldeo Dios
en Maria Eufrasia, puedes visitar:
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