Cuaresma
En esta ultima semana de Cuaresma deseo compartir una breve reflexión.
No se termina el camino de
Cuaresma con Semana Santa y con las llagas resucitadas de Cristo. Ellas nos
invitan a cargar con confianza con la cruz que supone seguirle. Nos enseñan a
saber responder con amor al odio (aunque nos haga sufrir); con generosidad al
egoísmo (aunque pasemos por tontos); con verdad a la mentira (aunque suponga no
conseguir muchas cosas); con el bien al mal (aunque suponga perder muchas
batallas). En la Pascua fijamos nuestros ojos en Jesús no para soñar con un
mundo irreal, sino para hacernos fuertes en la verdadera vida aunque esta sea
golpeada por el mal y la desgracia.
Pidamos al Señor saber
cargar con nuestra cruz cuando tengamos que hacerlo, aceptar perder parte de la
vida en esos difíciles momentos, para que vaya naciendo en nosotros la fuerza victoriosa del amor de Dios y los
que nos rodeen puedan encontrar en nosotros, como nosotros en Cristo, unas
heridas donde beber fe, esperanza y amor.
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