El verdadero silencio de los Inocentes
El pasado 2 de abril un
grupo fundamentalista mató a 147 universitarios cristianos en Kenia. Los
asesinos separaron antes a los musulmanes de los cristianos. Algunos testigos
afirman haber visto cuerpos decapitados…
Esta noticia horrorosa
todo el mundo la conoció, pero los medios de comunicación guardan silencio
sobre otras que ocurren todos los días.
Desgraciadamente es sólo
una de las tragedias más reciente en Nigeria, Pakistán, Libia, Siria o Irak.
¿Las víctimas? Siempre las mismas: cristianos pacíficos. Sufren discriminación
social, legal, laboral, persecución o violencia atroz. Mientras tanto,
Occidente parece querer seguir mirando para otro lado.
La situación es tan
insoportable que el observador permanente de la Santa Sede ante Naciones
Unidas, Mons. Silvano Tomasi, ha pedido la intervención armada para frenar al
llamado “Estado Islámico”.
El propio Papa Francisco
se ha referido a los cristianos perseguidos la pasada Semana Santa:
“Debemos proteger a
nuestros hermanos y hermanas perseguidos, exiliados, asesinados y decapitados.
Son nuestros mártires. Y son mucho más numerosos que en los primeros siglos de
la Iglesia (…) Yo espero que la comunidad internacional no mire para otro lado
y se mantenga muda e inerte frente a este crimen inaceptable”.
En este ambiente, la
cristiana pakistaní, Asia Bibi –injustamente encarcelada y condenada a muerte-
nos ofrece una muestra de fe, firmeza y esperanza desde su corredor de la
muerte. Así escribía la pasada Pascua de Resurrección:
"En la Pascua de
Jesucristo nos da un ejemplo de la paz y el perdón. Todos tenemos que aprender
de la enseñanza y el sacrificio de Cristo, crucificado por nosotros. Perdonó a
todos y a todo mal. En este día especial pido para que los cristianos en
Pakistán puedan vivir y orar en paz”
Creo que todos los
cristiano y hombre y mujeres de buena voluntad debemos tener un claro
compromiso con los cristianos perseguidos. Tomando conciencia que por gracia de
Dios vivimos y profesamos nuestra fe con plena libertad, cosa que muy poca
veces valoramos.
Debemos dar con nuestra voz,
“Voz” a todos los mártires y testigos del sufrimiento de los cristianos en el
mundo. Así como lo hemos hecho en otros tiempos cuando otros eran perseguidos y
muertos, sin importar quienes eran o que profesaban. No voy a dar ejemplo de
aquello, todos conocemos y sabemos de que hablo.
Me pregunto dónde están o
en que estamos los cristianos que no levantamos nuestras voces, es muy cierto
que el martirio ha sido el sello más glorioso de nuestra fe y sus frutos “Nadie
tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn. 15,13) y aún más
cuando es ofrendada por aquellos que se consideran “enemigos” pero eso no
significa que guardemos silencio o seamos espectadores del horror y la injusticia.
E insisto en mi pregunta y la extiendo más allá de la iglesia ¿Dónde y en que
estamos , porque el silencio de la sociedad, en especial ( grupos sociales , políticos,
Ongs , países y gobiernos ,etc.) aquellos que gritan desde lo más alto
reclamando los derechos humanos , porque en las páginas web de algunas
comunidades religiosas no aparece o aparece tímidamente una muestra de
solidaridad con nuestros herman@s que derraman su sangre cada día. Sera que es
porque son orientales y los consideramos a todos iguales de fanáticos y
radicales? E insisto ¿Y dónde están ahora los paladines de la libertad y los
derechos mientras se cometen crímenes más terribles contra personas indefensas?
No oigo las protestas, no llegan los panfletos, ni las convocatorias, ni las
muestras de apoyo o de adhesión. No hay marchas ni velas como en París.
Sí, hablo de las masacres
de cristianos que han empapado de sangre tantos lugares es porque son mis hermanos,
así como los tuyos. No pido una cruzada, ni armas, aunque tienen el legítimo
derecho a defender sus vidas. Pido el arma más poderosa que tenemos los cristianos,
nuestra oración constante y ferviente, nuestro celo y coherencia. Si hasta en
los pulpitos de nuestra iglesia hay silencio en torno al tema, me ha tocado asistir
a Misa estos domingos en diferentes parroquias y nada, ni una palabra.
La única voz “potente” que
escuchado y se ha levantado es la de Papa Francisco y de los pastores de aquellos
que sufren la persecución pero el mundo guarda silencio y aún más, me ha tocado
escuchar decir “Pero si nosotros causamos dolor antes con nuestras
cruzadas” como justificando lo que ocurre hoy. Es muy cierto, lo hicimos pero
era otra la concepción del hombre, de Dios y de Iglesia en esa época , se
supone que hemos avanzado y tomado conciencia que cada vida humana vale por lo
que es “Un Don” y como Iglesia lo hemos reconocido y pedido perdón, reparando con actos muy concretos ,condenado
el uso de la intolerancia y hasta la violencia.
Este SÍ es el silencio de
los inocentes.
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