A un año de San Miguel 81 razones para orar y meditar

Hace un año el fuego consumió la torre 5 del penal de San Miguel llevándose la vida de 81 hombres que cumplían condena. Esa fue la tragedia carcelaria más grande del último tiempo pero no la primera, lamentablemente y que nuevamente puso en el tapete la necesidad de mejorar el sistema penitenciario y golpeo la conciencia de nuestra sociedad ante la realidad de quienes están privados de libertad.

Ayer gran parte de la agrupación "81 Razones" se reunió para pintar 81 cruces que recuerdan a cada uno de los privados de libertad que murieron calcinados, y que serán llevadas a la  Eucaristía en  recuerdo que hoy se celebrará en la Catedral Metropolitana.

"Si el sistema carcelario no mejora la muerte de los 81 será en vano porque desde hace años viene muriendo gente en las cárceles pero recién ahora se pusieron a trabajar. Esto es lo peor que me ha entregado mi país, es lo más aberrante que muera alguien quemado en una cárcel. Ya van varias tragedias carcelarias en Chile y no habría habido pronunciamiento si nosotros no hubiésemos formado la agrupación. Aquí falta amor al prójimo, y pienso en mí mismo, en la rabia que me da de no haber trabajado por mi hermano y los demás reos de Chile en vida y no esperar que pasara esto", dice enfático César Pizarro perdió a su hermano Jorge Manríquez Pizarro.

Por miseria cae el ser humano en la prisión, y la prisión agranda su miseria.  No hay en la tierra, seres más necesitados. Y la limosna es de odio.  A su brutalidad o su vicio, se opone el vicio de la brutalidad. La impiedad e indiferencia de la sociedad.
¡Cuántos hermanos y hermanas, Cuántos padres y madre, tenemos en las cárceles. ¿Y no nos ha de doler?.  Carne de nuestra carne ha de llenarla mañana, ¿Y no nos ha de apenar?.
Los establecimientos carcelarios se hayan todavía regido por las pasiones de seres vengativos y duros, enterrados bajo siglos de progreso.
Las cárceles no se abren al delincuente como un asilo de regeneración, dulcificado por el razonamiento superior: son la ferocidad reglamentada.
Ante tales comentarios de cuerpo y Alma, tentada esta la piedad de pronunciarse con la pena de muerte.  Porque ella representa el asesinato de un golpe, y la reclusión en esta forma mata con lentitud perversa.
Anden después por el mundo, o vayan al camposanto, son muertos los que salen de esas prisiones.

Todos deberíamos saber que es un crimen sepultar así vivos a hombres y mujeres.

¡Llegue un rayo de sol, una sonrisa de Amor, una palabra de misericordia a los hermanos de siniestro mirar que lagrimean de frío, mientras deliran o  sueñan, sepultados en vida bajo la piedra y la sobra de nuestras cárceles¡. ¡Crean que hay Uno que cree en ustedes y les ama, que les libera!
Porque Él, que es Pastor Bueno mira el fondo de cada hombre y mujer! Él nos da la esperanza, libertad y la fe.


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