Donde el pecado esta, sobreabundo la gracia y el amor misericordioso.





La poca tolerancia y la falta de conversión varias veces nos hacen pensar lo difícil que es amar a algunas personas, pues cuando uno se encuentra cara a cara con el egoísmo y la injusticia toma conciencia que verdaderamente los hombres no pocas veces hacemos el mal que no queremos y no el bien que queremos (Rom. 7:15).



Sin embargo ante situaciones como esta, también hay que reconocer que resulta más fácil tolerar nuestra incoherencia, nuestro pecado. Excusarse en el "yo soy así" resulta cómodo y, lejos de poner medios proporcionados para el cambio, nos creemos incomprendidos e inmersos dentro de una rutina que parece no tener fin.



Pues sí, cuesta perdonar a los demás, pero dentro de esto hay que considerar que las personas no valen menos o valen más por las cosas que hacen ... sean estas cosas buenas o malas, además creo que es cierto que para valorar, y sobre todo para amar a las personas que hacen algún daño, no son suficientes los sentimientos humanos, el corazón del hombre, con un amor imperfecto no es suficiente para amar a todos los demás sin medida. No es que no seamos capaces, sino que nosotros solos no podemos. Hace falta adherirse a un amor perfecto. Arrogarnos sin vacilar a los brazos del Amor Misericordioso y restaurador de Jesús, el Dulce y Buen Pastor.



En una parte del Capitulo seis del evangelio de Lucas El Señor cuestiona duramente al hombre que ama solo al que le ama, Jesús escudriña lo más hondo de nuestro interior... realmente entra a lo más profundo a romper esa dureza de nuestro corazón, no entra en mezquina diplomacia, dice lo que tiene que decir, pero con caridad pues en sus palabras se puede palpar el amor que nos tiene aun siendo pecadores, y así da testimonio que el verdadero Cristiano debe ser misericordioso con los ingratos y perversos.



Para amar a todos es necesario un corazón nuevo, renovado... un corazón puro ...que pueda ver en los demás a la persona que vale en si misma, solo por el hecho de ser persona, que permita abrirnos y quebrar todas las barreras tontas que muchas veces nosotros mismos ponemos para perdonar de verdad y en serio. Un corazón que se haya encontrado con el Señor, que nos permita reconocernos como hijos de Dios, y que por esto nos permita también ver a Cristo en los demás. Y si en todo esto vemos a Dios, todo nuestro entorno, donde vivimos, nos movemos y existimos, todo, absolutamente todo estará indefectiblemente iluminado por Él. Es preciso conocer a Cristo como fuente de la gracia para conocer a Adán como fuente del pecado. (Catecismo de la Iglesia Católica 388).



Aquí también constatamos la verdad profundísima de saber que en Cristo hay respuesta, hay verdad, En Cristo hay camino y además también (lo que todos los hombres buscan) HAY VIDA. Al encontrarnos con el Señor, y a través de su infinita misericordia, comprenderemos también nuestra miseria, a poder vivir con nuestra condición de pecadores; para que luego reconciliados, bien dispuestos, Cristo nos ayude a abrazar la frase de San Pablo "Donde abundó el pecado, sobreabundo la gracia" (Rom. 5:20).

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estimada hermana, gracias por este compartir cúando Dios toca un alam la llena de su amor, la capacita para ser esa respuesta de amor por muy duificil que esta sea, Señor hazlo dificil pero no imposible, Dios sea con usted.
Anónimo ha dicho que…
Oremos por nuestra continua conversión , Dios permita que cada día podamos descubrir su presencia en todos los hermanos.

Saludo afectuoso.

Daniel - Chiloe

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