JESUS, EL BUEN Y DULCE PASTOR




Eres buen pastor que a pastar convida,
eres pastor que guía y va delante;
que llama con sus silbos a la errante
y carga en hombros a la que va herida.

El Buen Pastor conoce a sus ovejas y ellas escuchan su voz. No se da una relación  lejana y funcional, al contrario, existe una mutua compenetración. Quien conoce y escucha la voz del otro puede hablar  a lo más profundo de la vida. El Buen Pastor  entrega la vida por las ovejas, y su vida entregada  se vuelve fecunda en eternidad. Dar la vida es abrir la vida de muchos otros al horizonte de las cosas que no pasan, de lo eterno.

Que Jesús Buen Pastor inspire nuestras vidas para hacernos fieles y felices en el servicio generoso a l@s herman@s. Oremos porque las actitudes profundas de la vida de Jesús hagan de nuestras propias vidas un ministerio pastoral.

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